miércoles, 25 de mayo de 2016

CIUDAD EN LA LUNA

(ENIGMA)

Los rumores venían circulando desde hacía tiempo: si existía una ciudad en la Luna o era sólo elucubración fantástica y poética de un grupo de iluminados. Finalmente, hemos podido confirmar que, en efecto, se erige en nuestro satélite una construcción artificial que merece el nombre de ciudad, aunque sus dimensiones son más reducidas, del tamaño de un puebluco.

¿Cómo nos hemos enterado? No podemos revelar la fuente, que sigue en la Luna y su vida podría peligrar, por bocas. (Si tenemos necesidad de darle un nombre, con Menéndez vale, aunque más bien responde por García.) Estamos, en cambio, facultados para dar a conocer un documento proveniente del satélite, correspondiente a lo que cabría denominar ACTAS DE LA REUNIÓN ORDINARIA DE LA COMUNIDAD DE VECINOS DE LA LUNA. Por ‘comunidad de vecinos’ hemos de entender al poblaco ése.

El Acta es como sigue:

Convocada la comunidad, en el salón de actos destinado para ello, a tantos de tantos, del año tantos, a las 19:00 horas, en primera convocatoria, 19:30, segunda convocatoria, los siguientes miembros: (aquí, los nombres de los vecinos), con el siguiente

ORDEN DEL DÍA:

1) Lectura y aprobación (en su caso) del Acta de la reunión anterior. El Acta se aprobó con fruncimiento de ceño en el caso del vecino del Bloque nº 4, encogimiento de hombros por parte del mismo, siendo esto acompañado por bufido de su consorte. (El indicador de oxígeno entra dentro de los parámetros aceptados.)

2) Cambio de cargos. El Presidente entrante y el saliente, serios como patatas ambos. Murmullos. (El indicador de oxígeno sube una micra.)

3) Presentación de cuentas y aprobación (en su caso). Se aprobó, tras examen minucioso de facturas por parte del vecino del Bloque nº 4, que cuestionó la pertinencia de algunas partidas. (El indicador de oxígeno sube más micras.)

4) Presentación del Presupuesto. Se presentó el Presupuesto, aunque su ejecución no le quedó ni medio clara al Presidente entrante. El Presidente saliente y el entrante pactaron reunirse luego, primero dijeron que en el bar, luego en la sala de calderas ante la negativa de la Comunidad a abonar las consumiciones en el citado lugar de hostelería. (El indicador de oxígeno deja el verde y entra decididamente en el naranja.)

5) Sugerencia de derrama para reparación de la caldera. No hubo acuerdo. En su lugar, se sugirió colocar unas gomas que, dada la menor gravedad lunar, habrían de aguantar suficientemente, siempre en el caso de un uso correcto y ‘siendo personas’, según expresión de la consorte del vecino del Bloque nº 4. (El indicador de oxígeno, entre naranja y rojo.)

6) Sugerencia de derrama para reparación de bomba de agua. Tampoco hubo acuerdo. Pero si las gomas sirven para la caldera, también serían susceptibles de utilizarse aquí, esto se dijo. Hubo sus dudas. (El indicador de oxígeno se pasa ufanamente al rojo.)

7) Sugerencia de derrama para sustitución de placas de cubrimiento de la ciudad (lunar). No hubo acuerdo, esgrimiéndose la razón de que, dada la carencia de atmósfera en la Luna, las citadas placas de cubrimiento de la ciudad (lunar) en modo alguno han podido sufrir desgaste. Y como tampoco se ha precipitado meteorito alguno sobre ellas (aquí la Comunidad cruzó los dedos), pues que se quede todo como está. (El indicador de oxígeno, como un tomate.)

8) Ruegos y preguntas. El vecino del Bloque nº 4 acusó de mirar turbio al del Bloque nº 3. Se instó al vecino del Bloque nº 4 a que presentara disculpas al agraviado. Las facciones de aquél adquirieron el color del adobe ferruginoso de la Tierra, lo que se consideró aceptable por unos sí y por otros no, quedando esto así reflejado en aras a lo que pudiera ser. El vecino del Bloque nº 3 afirmó que el regolito levanta mucho polvo, por lo que se ruega a los vecinos en general a que pisen la superficie (lunar) con mucho cuidado y, al regreso, se limpien bien luego las botas en el felpudo de la cámara de descompresión. El vecino del Bloque nº 4 dice que él pisa como tiene necesidad, obligado por su pierna, que le duele; a lo que añade que el regolito se vuelve a posar rápidamente en la superficie, sin otros efectos, en particular adversos, para nadie. Este mismo vecino del Bloque nº 4 asegura haber crecido un palmo desde que se instaló en la ciudad (lunar), motivo de preocupación para él por su posible incidencia en la salud. Se le arguyó que en el resto de habitantes de la ciudad (lunar) concurre parecida circunstancia, debido a la gravedad menor respecto de la Tierra, pero que no le dan apenas importancia. A lo que se agregó que, en cualquier caso, esto no sería competencia de la Comunidad, sino del Servicio de Salud, que depende de la Tierra. Ante lo que el vecino del Bloque nº 4, apoyado por su mujer, que se puso de pie sobre su asiento, perdió la compostura, manifestando que ellos, los del Bloque nº 4, son siempre los más perjudicados y que ya estaba bien. El vecindario dejó a la pareja desfogarse, prosiguiendo la reunión al cabo de siete horas y media, según el reloj atómico que figura en la sala. (El indicador de oxígeno, decir como un tomate es poco.)

Con muchas más cosas que tratar, pero dejándolas de lado, se disolvió la reunión a las tantas de la noche, siendo ya tarde para nada, excepción hecha de irse a dormir un par de horacas. (Reparar el indicador de oxígeno, que hay que reconocer que se ha portado. Pedir presupuesto y proponer derrama. El reloj atómico también mirarlo, atrasa.)

En la colonia lunar, fecha de tantos, etcétera.

2 comentarios:

  1. Ja,ja,ja, ¡pobre indicador de oxígeno todo lo que tuvo que aguantar!

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    1. Pero creo que acordaron arreglarlo. Están estudiando la derrama.

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