jueves, 11 de febrero de 2016

LA NOVELA COMO MAESTRA DE LA VIDA

De “EL CAMARERO”, de Iván Shmeliov:

Reflexiones del protagonista, tras serios reveses:

Y yo pensaba:

“Actualmente ya no existen santos; las personas han cambiado mucho y, según puede comprobarse, sólo les preocupa una cosa: hacer dinero.”

Posteriormente he comprendido que existen otro tipo de personas, de cuya existencia uno no se da cuenta fácilmente porque se esconden, pero pueden llegar a comprenderlo todo. La sociedad se muestra muy severa con ellos, pero yo no tengo razón para obrar igual. Estoy convencido de que únicamente procuran el bienestar de los demás. No poseen nada; son tan pobres como yo, y quizá todavía más. Dios, que lo presencia todo, actuará de juez supremo de ellos y de quienes los juzgan.

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De esta forma terminó la amistad con aquel hombre cuyas palabras lisonjeras y hábiles me habían dominado, y que apareció, de improviso, a mis ojos tal como era en realidad: malintencionado, sin sentimientos, sin la instrucción y los fundamentos que parecía tener. He conocido a muchas personas que saben hablar maravillosamente, (...), pero que no sienten las cosas que dicen; (...). No; un hombre verdaderamente inteligente, al hablar, tiene que saber llegar al alma, hacer llevaderas las penas, dar consuelo en los momentos desgraciados, llorar con los que padecen. ¡Ésta es la auténtica sabiduría!



9 comentarios:

  1. Preciosas sus palabras Señor Rey y sabias, toda la razón. Lo que hablamos debe coincidir con lo que practicamos y si no, mejor callar, así los verdaderos sabios hablan poco y observan mucho, con el paso del tiempo vamos comprendiendo esta actitud porque el ser humano te va dejando enmudecido y todo.


    Efectivamente el dinero le preocupa más a la gente inclusive que hasta sus hijos...así que debilitamos estamos, nuestros abuelos eran más inteligentes. Está claro por el dinero se pisotean.



    Quizás esas personas magníficas que son escasas se escondan con razón, lo ven todo y no pueden cambiar mucho a los demás, se encuentran aislados.


    Verdadero: " He conocido a muchas personas que saben hablar maravillosamente, (...), pero que no sienten las cosas que dicen", pero el tiempo hará que te muestre la falsedad de estas personas, al final se demuestra que las palabras no han coincidido con los hechos, suspendidos en el examen de la vida. El quedar bien no vale de nada, es de necios, y de esto podría hablar alguien hasta virtuoso y gran intelectual pero falso como persona también, por tanto lo de intelectual queda en nada.


    Precioso y verdadero: " un hombre verdaderamente inteligente, al hablar, tiene que saber llegar al alma" y lo verdadero si lo notan todos los demás , no dudan de las palabras verdaderas.


    Me ha encantado el mensaje, Señor Rey. Un abrazo.

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  2. Señor Rey, ¿ que nota he sacado en los exámenes de mis comentarios?, jejejej.

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    1. No son mis palabras. Son de Shmeliov. Grandes palabras, por eso las recojo. Por no hablar ya de la novela en sí y la otra -'El sol de los muertos'- que reseño.

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    2. Ha sacado usted ocho coma setenta y cinco. No está nada mal. Siga así.

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  3. Este párrafo no aparece en "La novela de un camarero" ¿En qué obrita está?

    "He conocido a muchas personas que saben hablar maravillosamente, (...), pero que no sienten las cosas que dicen; (...). No; un hombre verdaderamente inteligente, al hablar, tiene que saber llegar al alma, hacer llevaderas las penas, dar consuelo en los momentos desgraciados, llorar con los que padecen. ¡Ésta es la auténtica sabiduría!"

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    1. Quizá hayas leído una versión incompleta. Yo lo hice en un tomo de novela rusa, que contenía este título junto con otras obras. Editorial Planeta, Maestros rusos, tomo V. Uniliber, 14 €

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  4. Seguramente fue la mía una versión incompleta. Gracias.

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