martes, 22 de diciembre de 2015

"VAMOS A CONTAR MENTIRAS", Alfonso Paso

RESEÑA TEATRO

"Vamos a contar mentiras", Alfonso Paso (1926–1978) - Nochebuena. Carlos y Julia, matrimonio acomodado sin hijos, tienen proyectado pasar la noche fuera en compañía de Lorenzo, buen amigo y que también es un buenazo. Elisa, la criada, permanecerá sola en el domicilio y se acostará temprano. Pero el coche de Carlos se estropea y, los amigos por un lado, Julia por el otro, salen a procurarse la cena por el vecindario. La criada cree que han seguido su propósito inicial de no permanecer en casa. Con este arranque, nos proporciona el autor una entretenidísima comedia del estilo de las suyas, donde no se sabe muy bien qué preferir, si una mujer que miente siempre con el propósito inocente de darle un poco de aliciente y dramatismo a su matrimonio, u otra que dice siempre la verdad. Y si esto se complica con otras circunstancias de orden asocial, por decirlo de manera suave, no hay más que añadir. La diversión, derivada de la trama, de los diálogos y pespunteada de alfilerazos verbales, inocentes pero que tienen su miga, está perfectamente asegurada y pasaremos, pues, un más que divertido rato siguiendo el desarrollo de los acontecimientos, totalmente imprevisibles y que se complican inopinadamente. Hay dos cosas que al autor de teatro no se le perdonan jamás, al menos en España: el humor (el genuino, que muchos confunden con lo soez o chabacano) y la fecundidad. De ambos, estuvo sobrado Alfonso Paso, que era capaz de mantener al tiempo, con éxito, distintas obras en los teatros madrileños. Sirva esta comedia de un clásico del teatro, como muestra de otras tantas, igualmente felices.



1 comentario:

  1. A mí me gustan todos los géneros literarios, voy combinando, como la música, hay momentos para ensayos, novelas, teatro, y poesía. El teatro no puede faltar en la vida porque nos proporciona enseñanzas grandiosas y carcajadas y es verdad que el gran Alfonso Paso, al igual que Arniches y muchos más son grandes maestros.


    La gente no perdona el humor porque no son capaces de inventarlo o dejarse llevar por él, y la fecundidad esa no la tiene muchas personas...crear...es difícil, pero encantador.

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