jueves, 29 de octubre de 2015

LA OMS Y EL TELELE QUE LE VIENE DANDO


La OMS, como todo el mundo sabe, es la Organización Mundial de la Salud, entidad que no sé muy bien de quien depende, me parece que de la ONU, pero que tiene por misión preservarnos de la enfermedad o que, si la cogemos, discurra con benignidad y nos recuperemos cuanto antes. Pues ahora va y dice que si comemos carne elaborada -no la vamos a comer cruda- cogeremos cáncer.

Acordaros tú de cuando esta misma OMS nos prevenía -parece que fue ayer, cómo pasa el tiempo- contra la gripe A, la gripe aviar, la porcina, el mal de las vacas locas, el bicho ése que se alojaba, nos decían, en el pescado y, seguramente, algunas otras de las que no me acuerdo.

¿Qué fue de tantas gripes, pestes y demás? Lo sabéis ustedes tanto como yo: nada de nada. Y entonces, la pregunta pertinente: ¿por qué lo hacen? ¿Por qué nos amargan la comida, la cena, la merienda, nunca mejor dicho?

Sospecho que hay un virus, éste sí de verdad, que se aloja en el cerebro de las citadas autoridades sanitarias, si bien se me escapa cómo y dónde lo han cogido. También puede que no les lleguen las neuronas para más, o que se aburran en el despacho, siempre contemplando desde la ventana el mismo panorama de idénticos tejados, por debajo de los cuales vivimos los mortales, y nos quieren dar estopa.

Esta triste y patética columna no va a decir eso tan hedonista de ‘comamos, bebamos, que mañana moriremos’, pero por relajarnos un poco al sentarnos a la mesa tampoco pasa nada. Más te vale alimentarte a tu aire, sin esa espada de Damocles que te quieren colocar, que seguir las consignas de gente tan conspicua (esto es ironía, píllalo) y que se sacó su título de médico, no voy a decir en una tómbola, sino en la caseta justo al lado. Dicho sea con todos los respetos.

Recomendaros por último un criterio muy sensato para tener salud. Preguntarse qué dice la OMS. Y hacer lo otro.



miércoles, 28 de octubre de 2015

NOVELA POLICIAL (A los microbios de que están llenos los billetes)

HUMOR ENTRE CASCOTES (DISPARATE)

NOVELA POLICIAL 

Capítulo primero: El sobre

El sargento avanzó sobre la acera, húmeda y resbalinosa por la niebla que venía en oleadas desde el Hudson. Al final de la calle, unas letras de neón de color rosa señalaban la bolera regentada por Sparky. Éste emergió solapadamente del local, coincidiendo con el uniformado delante del negocio. 
–No le esperaba una noche tan desapacible –murmuró con nerviosismo.
–Tenía ganas de estirar las piernas –repuso displicente el policía, inmovilizándose sobre las mismas. 
Sparky sudaba copiosamente a pesar del frío. Lanzando un par de rápidos vistazos a ambos extremos de la calle, sacó de debajo de su sucia camiseta, que encubría acaracolados rizos, un sobre grasiento de papel manila que fue a enterrarse en algún lugar de la guerrera del sargento, empapada y brillante por las gotas microscópicas que danzaban en el aire con suavidad de bailarinas antes de estrellarse contra los objetos.
El agente permaneció todavía unos segundos sin moverse, iluminado por el neón.
–Creo que seguiré con el paseo –dijo al fin.
El dueño del negocio le contempló alejarse, cruzando la calzada solitaria.

Capítulo 2: El encuentro

Dos cuadras más allá, el sargento tropezó con un bulto que venía de frente.
–¡McMurthy! –exclamó al reconocerle: era su compañero de promoción más chinche. 
–Flanagan –replicó serenamente el otro.
Se miraron desafiantes, hasta que el duro rostro del sargento se distendió en una sonrisa. 
–Tomemos un bourbon –invitó Flanagan, señalando el puntito luminoso de un tugurio que permanecía abierto toda la noche, donde había prostitución, droga y se conculcaban sistemáticamente las virtudes teologales. 
–Hablemos aquí –McMurthy le sujetó del antebrazo.
–Ten cuidado con lo que vas a decirme –le avisó su compañero, frunciendo los labios, con lo que le quedó boquita de piñón.

Capítulo 3: El desenlace

Flanagan lloraba desconsoladamente sentado en la tapa de un tacho de basura. (Lo de tacho es traducción argentina.)
–Coño, Flanagan. Si sé que lo ibas a tomar así... 
Aquél levantó dolido el rostro.
–Sólo porque me ves recibir semanalmente un sobre, piensas que me están untando. 
-¡Quién iba a suponer que eras coleccionista de dinero, como otros coleccionan cromos, y que el altruista de Sparky te ayudaba a conseguirlo...! ¿Me perdonas?
–¡Pero que no se repita! –Flanagan saltó del tacho (ya he dicho que es voz argentina) y extendió su callosa manaza al compañero.
Desde entonces no hubo ya jamás malentendidos.



martes, 27 de octubre de 2015

"BRONCO APACHE", Paul I. Wellman

RESEÑA NOVELA

"Bronco apache", Paul I. Wellman (1895–1966) - Massai, indio apache de la tribu de Jerónimo, logra escaparse del tren de prisioneros que le conduce hacia un nuevo destino en la reserva. Solo, apenas vestido, sin armas, sin comida, se propone regresar a su hogar, a enorme distancia del punto en que se encuentra. Enfrentándose a las inclemencias y arrancando su sustento de los lugares por los que pasa, evitando granjas y poblados, sostenido por su indomable voluntad, logra su propósito sin ser visto. La proeza le ha llevado un año entero, pero su desafío no ha hecho más que comenzar. Un hombre como Massai no puede encontrar acomodo en ningún sitio. La traición le sale al paso. En adelante, convirtiéndose en una presencia ubicua y poco menos que sobrenatural, se irá construyendo su leyenda. Massai desprecia a las mujeres, porque son débiles y frágiles. La joven Nalinle, de su raza, hija de su enemigo, aparece en su horizonte… Esta obra, escudriñando admirablemente un alma primitiva, nos presenta un ejemplo de fiereza e integridad, de superación de adversidades colosales y de aceptación del propio destino sin desfallecer en ningún caso, lo que quizá pudiera servir de guía en estos tiempos caracterizados por lo feble y anodino. El autor, en esta y otras novelas, supera con creces la calidad y el rigor de lo que convencionalmente -o no tanto- se ha denominado literatura “del Oeste”. Sus novelas se han llevado profusamente al cine.



lunes, 26 de octubre de 2015

DE LA ROSA



              A las espinas




UNO: Si tiene que haber una catástrofe -Dios no lo quiera-, por lo menos que sea humanitaria.
DOS: No pasa nada si pierdes el norte, a condición de que sepas dónde están los otros puntos cardinales. Podrás deducir aquél de éstos.
TRES: En la vida, la verdad. En las ficciones, la mentira.
CUATRO: Si pintas de negro las paredes de tu casa, no tienes que volver a pintarlas nunca más.
CINCO: Para aprender inglés y expresarse fluidamente en este idioma, por hablado y por escrito, un método que no suele fallar es nacer y crecer en un país anglófono.
SEIS: Impresiona saber que vivimos en otra dimensión, respecto a aquella o aquellas que, en este momento, no estamos ocupando.
SIETE: El mejor gobernante es el que se encierra en su despacho a cal y canto, diciendo que se pone a trabajar, y luego se harta de novelas y películas o sencillamente duerme.
OCHO: El gastrónomo o gourmet tiene, en realidad, no poco de glotón.
NUEVE: Tortura china es cuando has pensado mucho y refinadamente las maldades físicas que le haces a otro. Si lo haces a lo basto, es tortura a secas.
DIEZ: Intromisión ilegítima al honor… La intromisión es siempre ilegítima.
ONCE: Ir de uniforme viste más. Nunca mejor dicho.
DOCE: El tema ‘templario’ -en cine y en novela- promete mucho y no da nada.
TRECE: Si tienes la sensación de que te observan, a eso se le llama apostar sobre seguro.



domingo, 25 de octubre de 2015

"LOS GYURKOVICS", Ferenc Herczeg

RESEÑA NOVELA



"Los Gyurkovics", Ferenc Herczeg (1863-1954) - Compuesta de dos partes -Las hermanas Gyurkovics y Los hermanos Gyurkovics-, trata esta divertida novela de las respectivas hermanas -son siete- y los hermanos -cinco-. La madre, viuda después de situar en el mundo tan numerosa progenie, profesa la curiosa teoría de que “las mujeres hacen muy bien apresurándose a casarse; pero que el sexo fuerte hace una majadería dejándose coger en el yugo del matrimonio”. La manera de conciliar sendas opiniones antagónicas viene a ser la deliciosa materia de este libro. Las hermanas -Carlota, Elena, Catalina, Teresa, Elisa, Maruja, Clara-, una tras otra y por estricto orden, con una excepción en cuanto al orden, se van casando, tras la preceptiva solicitud del pretendiente a la madre. Los hermanos -Géza, Andrés, Milano, Jorge, Alejandro- recorren un camino bastante más atropellado, en el que no faltan amoríos, lances, desafíos... cuyo tono recuerda no poco a Wodehouse. El sainete respectivo de los hermanos, como las argucias femeninas en pos del himeneo de sus hermanas, ofrecen un cuadro suave y humorístico de la nobleza húngara de la época, sobre el fondo azaroso de la política y la historia del país. Con diálogos sobresalientes y el encantador perfume de un tiempo perdido, comprensiva con los defectos y excentricidades de hombres y mujeres, esta novela es menos conocida de lo que merece, a lo que contribuyó muy desafortunadamente la caída de Hungría en la órbita comunista tras la Segunda Guerra Mundial.



jueves, 22 de octubre de 2015

5 SENCILLOS PASOS (y uno de propina) PARA SER FELIZ


1) Que te vaya bien. En el trabajo, la vida familiar, en todo. Si en alguno de estos campos naufragas, ¿cómo esperas ser feliz?


2) Gana la lotería. Pero a lo grande. No cuatro perrucas, que eso no da ni para pipas. ¿De cuánto hablamos? Eres tú el que debe fijar la cantidad. Si eres pobre de solemnidad, te conformarás con menos. Y si eres rico, ganando una lotería no será bastante. Tendrás que ganar dos loterías. La Primitiva y el Gordo navideño. Atrévete.


3) Cómprate una mascota y que te la cuide otro. Los animales son muy beneficiosos para la salud física y mental de las personas. Pero es engorroso cargar con el pienso y otras cosas que necesitan estos bichos, sobre todo si, por ahorrar, compras el saco grande de 20 o más kilos. Y que al perro, si lo es, que puede ser gato, o pececillo de colores, lo pasee tu madre, aunque según lo haga la buena anciana se acuerde, con sentimientos encontrados, del inolvidable momento en que te dió a luz.


4) Anda por el campo. La sencillez de la naturaleza es lo mejor para que te sientas en paz y en armonía. Bien es cierto que, cuando oscurece, es importante que regreses a tu piso, que, como es lógico y venimos apuntando, debe contar con todas las comodidades de que te puedas rodear: calefacción en verano… perdón… en invierno, el frigorífico lleno y que no falten cervezas, tele de plasma y si puedes tener en la pared un cuadro de Picasso, porque eres rico, mejor que no, que crispa. Vende el cuadro y cómprate unas láminas de la Torre Eiffel o el Cañón del Colorado, por ejemplo.


5) Ésta es la más importante. Déjame que piense. Ya está. Tener salud. Entera, cumplida, rebosante, no te me cojas ni un catarro, ni tropieces y, porque llevas las manos en los bolsillos, te rompas los paletos contra el suelo. Si así ocurre, la felicidad se irá al garete.


6) (Éste es el de PROPINA.) Ten un confidente con quien compartir tus alegrías y tus penas, sobre todo las segundas. Si eres hábil, te quedarás con las alegrías y él o ella irán asumiendo tus desgracias. Mientras tú te pones cada vez más rozagante, él o ella irán cayendo en un pozo depresivo que no puede menos que encantarte.


El momento es ahora. Mañana puede ser tarde. Anímate.



CUÑADO (A lo inasible)

HUMOR ENTRE CASCOTES (ENIGMA)

-Tu cuñado alborota demasiado, Hernán, qué quieres que te diga.
-Pues ya siento que haya ido a vivir justo encima de ti. ¿Y qué hace?
-Yo qué sé. Parece como si hiciera rodar un tronco por el suelo. No, no te rías. Lo hace a lo largo del pasillo, arriba y abajo, durante horas. Esta noche hemos estado hasta las cuatro con el ruido. Luego ya no hemos podido pegar ojo. He estado por subir y decirle algo, pero me acordé de lo que me contaste.
-Hiciste bien. Desde lo del golpe en la cabeza…
-Pero quedó bien, más o menos, ¿no?
-Hombre, bien… Pero sí, eso dicen los médicos. Aunque le dan manías. El otro día, la emprendió a patadas con el coche.
-¿El suyo?
-Qué va, el de su hermano. Armaron una trifulca que no veas. Tendrán que ir a juicio.
-Es lo que me detiene, que no rige. Si no, le cantaría las cuarenta. ¡Pero lo que no soporto es lo del tronco!
-A lo mejor, no es un tronco.
-O un bidón. También puede ser un bidón. De lo que estoy seguro es de que rueda. ¡Arriba y abajo, arriba y abajo! ¡Lo tengo metido aquí!
-No veas lo que lo siento. Ya iré a mirar a ver qué es.
-Y me lo cuentas, porque tengo una curiosidad tremenda. No me explico qué puede hacer ese ruido. Hemos barajado todas las hipótesis y ninguna nos convence. ¡Arriba y abajo, arriba y abajo! Es para volverse loco.
-Te comprendo. Y ya que hablamos de esto, puede que lo sepas, nosotros no nos atrevemos a preguntárselo, como vives abajo…
-¡Para mi desgracia!
-¿Le has visto subir con alguien?
-No, siempre va solo, con esa cara de lerdo. Perdona, pero no le aguanto.
-No, si a mí tampoco me cae bien. Te lo pregunto porque…
-¡Mírale, ahí viene! Aprovecha y dile algo, pero como cosa tuya, que no sepa que hemos hablado. ¡Arriba y abajo, arriba y abajo! Te digo de verdad que me estoy volviendo loco.



martes, 20 de octubre de 2015

"UN LUGAR LLAMADO ESTHERVILLE", Erskine Caldwell

RESEÑA NOVELA

"Un lugar llamado Estherville", Erskine Caldwell (1903–1987) - Sur de los Estados Unidos. Dos hermanos negros, él y ella, Ganus Bazemore y Kathyanne, al morir su madre, se desplazan del campo a la ciudad, pasando a vivir con su tía enferma. Entran respectivamente a trabajar en casas de acomodados blancos. Pero su color, su juventud y su atractivo, lejos de allanarles el camino, incrementan sus dificultades, por expresarlo suavemente. Como si de una tragedia se tratara -el libro se divide en tres partes, vinculadas a las estaciones-, asistimos al problema del mal, expresado aquí en forma de racismo. Tanto Ganus como Kathyanne recorren su camino levantándose y cayendo, más bien lo segundo, sin apenas respiro, sin esperanza, logrando sobrevivir a duras penas, siempre al límite de la miseria propiciada por los blancos, y sometidos a un odio y -paradójicamente- un deseo que son irracionales y que se han enquistado obsesivamente en el corazón de los segundos. Pero la bondad no está ausente en estas páginas. Una gota de bien -es sabido- puede redimir una ciudad, lo que se nos demuestra con la muerte con que se cierra la novela, una mera pincelada dentro de la narración, pero sublime. La obra puede parecer un tanto maniquea; sin embargo, las vidas de los dos hermanos, tal como se nos describen, no son sino la estilización dramática y artística de una de las más ominosas realidades de este mundo, que es y seguirá siendo, por desgracia, la del racismo. (La naturaleza humana es inmodificable, distinto tema es la conducta.) Sencillo y magistral son los adjetivos que le cuadran a este libro.



lunes, 19 de octubre de 2015

AFORISMO GORDO Nº 11




A lo humano y lo divino



AFORISMO GORDO ONCE: Herman, personaje de Bashevis Singer (“Enemigos, una historia de amor”): ‘Había visto una Biblia (...) La hojeó y encontró los Salmos: Ten piedad de mí, ¡oh, Yavé!, porque estoy angustiado. / La tristeza consume mis ojos, / mi alma y mis entrañas. / Pues mi vida se consume en el dolor, / y mis años, en gemidos. / Mi vigor enflaquece por la aflicción, / y mis huesos se consumen. / Soy el oprobio de todos mis opresores, / objeto de terror para mis vecinos / y de espanto para cuantos me conocen. Después de leer estas palabras, Herman se preguntó por qué aquellas frases se ajustaban tan bien a todas las circunstancias, a todas las épocas y a todos los estados de ánimo, mientras que la literatura secular, por buena que fuera, perdía vigencia con el tiempo.’



domingo, 18 de octubre de 2015

"EL FIN DE LA ETERNIDAD", Isaac Asimov

RESEÑA NOVELA

"El fin de la Eternidad", Isaac Asimov (1920–1992) - Los viajes en el tiempo son posibles. Andrew Harlan trabaja para la Eternidad, complejo espacio-temporal que se extiende miles de años en ambas direcciones. Su tarea consiste en realizar los cambios necesarios, con objeto de preservar la estabilidad a través de los siglos. Los cambios no son percibidos por los afectados de cada época. Todo discurre conforme a la rutina, hasta que aparece una mujer y la impasibilidad de Harlan se ve afectada. Por primera vez desde que fue seleccionado para su misión, siente el deseo de traicionar a sus superiores. El castigo, de ser descubierto, sería la muerte. Mezcla de ciencia ficción y thriller, sobre el fondo de una historia de amor que debe superar la desconfianza, se nos ofrece aquí un planteamiento filosófico acerca de la ingeniería social, campo muy vinculado a la ficción científica desde los comienzos del género. ¿Es aceptable cualquier medio para lograr la felicidad de los ciudadanos? ¿Y se les debe usurpar la responsabilidad -por otro nombre libre albedrío- bajo el pretexto de su menor información? La novela que comentamos responde a este y otros interrogantes, de la mano de uno de los maestros canónicos de la ciencia ficción. La tensión narrativa y el suspense no decaen en ningún momento.



jueves, 15 de octubre de 2015

UN HEDOR INTENSO DE CLOACA


Tienen un aspecto cutre, sucio y uno sospecha que se duchan “a menudo”, lo que no da pie, sino todo lo contrario, al optimismo. Bien es cierto que puede ser sólo una impresión. También tienen un aire de rechinar de dientes, y ese aspecto lobuno, con sonrisa que, como decía el poeta, deja asomar la calavera. A su desasosiego unen verbal incontinencia. Pero no sólo verbal: orinan y defecan en público, o afirman que les gustaría hacerlo, principalmente sobre cuestiones entrañables para otros. De su sexualidad conocemos pormenores que preferiríamos, ciertamente, seguir ignorando. En el campo ideológico -su fuerte-, exaltan peligrosas y viejas ocurrencias que ellos pretenden pasar por novedades. Al hilo de esto, su discurso es enfático y siempre en negativo, impostando acudir en socorro de los desfavorecidos, como denominan ellos a los pobres. No argumentan: se valen de fáciles consignas, sencillas de memorizar y repetir. Al hablar, se descomponen, si bien últimamente han aprendido a modular la frase: las lecciones de telegenia les han aprovechado. Mueven mucho los codos, entran y salen de despachos, presentan ultimatums, tienen prisa. En épocas tranquilas -no es el caso-, ocupan la parte baja-media del escalafón social y se muestran serviciales. No cabe engañarse: les consume la rabia de la espera. Aguardan su oportunidad y no descansan. Odian la tradición, principalmente la que tiene siglos. Lo noble, lo limpio, lo decente, les parece cursi. El ejército y las creencias religiosas les provocan sarpullidos. Si pudieran, arrasarían literalmente el país para edificarlo de nuevo desde cero. Su estrategia descansa en la ambición y cobardía de los otros, que conocen y utilizan con verdadero desparpajo. Son maestros en el arte de adular. Desprecian a la mujer y la corrompen. No tienen amigos, sólo compinches. A su alrededor, la atmósfera se vicia, los problemas se enquistan, crecen como hongos las disputas. De los desastres, sin excepción sacan tajada. Si alcanzan el poder, Dios no lo quiera, es para siempre.



miércoles, 14 de octubre de 2015

MUSLANDO POR LA VIDA (Folletín en una entrega)

HUMOR ENTRE CASCOTES (CAPRICHO)

Era pura, pero se había encanallado. Mucho tuvo que ver en ello el primo lejano de un tío materno suyo, que la miraba con alarmante fijeza por entre las breñas que circuían el descuidado jardincito donde transcurrió su infancia, finalizando ésta bruscamente una tarde calurosa de verano, a consecuencia de una actuación carnal del primo.
La joven, casi niña, huyó de su casa sollozando. Los padres murieron de dolor y vergüenza, en breve lapso.
El causante de la iniquidad –el primo lejano de su tío materno–, después de amañar en beneficio propio el testamento familiar y pegarle al tío materno un tiro en sus partes (silenciamos cuáles), salió en pos de la pequeña. En el pecado llevaba la penitencia: se había encoñado.
La localizó enseñando impúdicamente los muslos (no él: ella), que en el ínterin –seguía siendo verano– se habían bronceado del color de la canela. 
La interpeló, celoso y zaino:
-Esas pétreas columnas, que semejan salidas de la grecorromana escuela, si no del cincel de Miguel Ángel, y que, conservando su dureza marmoleña, el sol ha pintado de su pátina, ¿por qué no las hurtas a la mirada transeúnte, con tela de saco hasta los pies?
Ella rió. Cantarinos arpegios salieron de su garganta.
-Te jodes –le anunció, subrayando hasta el naturalismo sus andares.
Rugió el primo como el león en la sabana, como el terremoto de San Francisco, como las chimeneas del Titanic (hace ya cien años, cómo pasa el tiempo) al hundirse pavorosamente en el Atlántico, donde también se sumergiera el continente de su nombre. 
Pero no nos desviemos. 
Paseaba ella sus muslos, como quien no quiere la cosa, allá por donde iba. El primo, que se había propuesto recuperarla, la impetró:
-Recátate.
Ella, ni caso. Y todavía hizo más bandera de sus epicúreas mercedes, sobre las que se sucedieron, con calenturiento guiño, las estaciones, el día y la noche, el tiempo atmosférico con su bondad o su inclemencia y un vivales que se quiso aprovechar y que fue respondido con el rigor de un gran desprecio. 
Un marqués la envió una esquela de amor, por mediación de un jorobado. Como ella no se decidía, el marqués ordenó que la raptaran. 
Había un niño que no se sabía de quién era: si del inicial estupro sufrido por la joven, de otros posteriores, o fruto de unos amores ilegítimos del conde (que también lo era, aparte de barón y de marqués). El infante pasó de unas manos a otras, mientras la supuesta madre permanecía secuestrada: sus raptores, enardecidos ante su visión mirífica, no la cedían ni siquiera por la crecida cantidad pactada, actualizada según el coste de la vida.
La escena de noche, en el cementerio, prepara el desenlace. El marqués cae muerto a una fosa de un infarto. El primo de marras recibe una cuchillada en pleno vientre, por cuya herida se le derramó, cadencioso y puntual, educadísimo, el mondongo. 
Ella escapó, no dejando nunca de mostrar los muslos, níveos en la época del frío, dorados a partir de primavera. Al niño lo colocaron a la puerta de un convento.



martes, 13 de octubre de 2015

"DOÑA LUZ", Juan Valera

RESEÑA NOVELA

Doña Luz, de Juan Valera (1824–1905) - La protagonista, hija ilegítima de un marqués, entra al fallecer su padre bajo la tutela de don Acisclo, antiguo administrador de aquél en el pueblo andaluz de Villafría. Llega a sus veintiocho años sin otra perspectiva que una digna soltería. La acompañan don Miguel, el viejo cura de la parroquia, el médico don Anselmo, padre de su íntima amiga Manolita, el marido de ésta, Pepe Güeto, y el propio administrador, que se reúnen cada noche en amable conversación. En éstas, regresa de misiones, con la salud bastante quebrantada, el padre Enrique, sobrino de don Acisclo. Sacerdote joven, culto, lleno de suavidad y de dulzura, se incorpora también a las tertulias. A poco, se presenta también en Villafría el diputado electo don Jaime Pimentel, buen mozo, seguro de sí mismo y educado. Es sabido que las tempestades más devastadoras tienen lugar en el espíritu y, muchas veces, pasan desapercibidas hasta para los más íntimos. Es lo que ocurre aquí. Valera, uno de los escritores más cultos del siglo XIX español, nos deja esta novela, que viene a ser el contrapunto de la más conocida y valorada Pepita Jiménez, como ejemplo de su maestría narrativa y conocimiento profundo de las humanas pasiones, amén de su exquisita elegancia y amenidad. Los rotundos aldabonazos argumentales, uno tras otro, con que concluye la novela, los precedentes momentos inmediatos, son una lección de psicología, de amor y aun de teología. Elementos folletinescos y de alguna truculencia, propios de la época -y quizá de todo tiempo-, añaden a la narración picante e interés.



lunes, 12 de octubre de 2015

REBAÑANDO EL PLATO



          Al más acá




UNO: Si le echas un pulso al mundo, ese pulso en ningún caso lo podrás ganar. Pero les habrás tenido en vilo.
DOS: A menudo se confunde franqueza con mala educación. La mala educación es mucho más entretenida.
TRES: Paradoja: Hay cosas que no se aprenden en los libros; pero todo, sin embargo, está en los libros.
CUATRO: El totalitarismo nunca se presenta ofreciendo dictadura y opresión, sino todo lo contrario. Ejemplos, todos.
CINCO: Es fácil, y hasta saludable, reírse del pasado. Pero no faltará quien se reirá de tu presente.
SEIS: Sabio es el que sabe que el más tonto le puede enseñar algo.
SIETE:  Fisioterapia, osteopatía, kinesiología, método yuen, reiki, gemoterapia, terapia de sonido con cuencos y gongs, kinesiotaping, terapias energéticas y emocionales... La gente se ha olvidado de Dios y de pedirle cosas.
OCHO: Si te dan un taparrabos y un cuchillo y te abandonan a tu suerte en medio de la sabana o de la selva, te habrán hecho una putada de las verdaderamente gordas.
NUEVE: A Dios hay que mantenerlo a raya. De lo contrario, no puedes leer, ni escribir, ni hacer nada que sea de cabeza.
DIEZ: El hombre mediocre se suele creer inteligente. El hombre inteligente, no. Qué poco discernimiento tienen ambos.
ONCE: Si eres un capo de la mafia y ordenas meterle a uno los pies en hormigón para arrojarle al río, te vas a tener que confesar luego de eso.
DOCE: Llamar Cucufato a un hijo tuyo porque eres devoto del santo de este nombre, no termino yo de verlo. Tampoco soy muy partidario de llamarle Primitivo.
TRECE: Hay alguien a tu espalda. A que te has asustado.



domingo, 11 de octubre de 2015

"LUZ DE GAS" (Un thriller victoriano), Patrick Hamilton

RESEÑA TEATRO

"Luz de gas" (Un thriller victoriano), Patrick Hamilton (1904–1962) - Hacerle a una persona “luz de gas” -expresión que tiene su origen en la presente obra- se refiere a determinadas y sutiles acciones que buscan perturbar psicológica y emocionalmente a esa persona, en aras de un fin perverso. El señor y la señora Manningham llevan siete años de casados, durante los cuales la salud y vivacidad de la mujer han ido poco a poco declinando, muy en particular desde que el matrimonio se mudó, hace unos meses, a la presente casa, mansión tétrica situada en un barrio londinense no de los más recomendables. El servicio está compuesto de Elizabeth, cocinera y ama, y Nancy, la doncella. La señora Manningham extravía aparentemente cosas y no sabe dar razón de ellas. Teme estar perdiendo el juicio, al igual que le ocurriera en tiempos a su madre. El señor Manningham acostumbra a salir después de la cena, dejando sola y llena de zozobras a su esposa, momento que coincide con el amortiguamiento de las luces de la casa, que se alimentan de gas. El marido que no es lo que parece, la esposa que intenta agradarle con toda su buena voluntad y algún elemento de la servidumbre no enteramente de fiar, componen un misterio que terminará resolviendo el inspector Rough. Thriller victoriano con una atmósfera, tanto interior como exterior, muy bien lograda, y unos diálogos, en particular los modulados y condescendientes del marido con su esposa, perfectamente adecuados al horror que se adivina. Se cuentan hasta la fecha, amén de numerosas adaptaciones teatrales, dos versiones cinematográficas.



jueves, 8 de octubre de 2015

LEER LA PRENSA Y QUE NO TE PASE NA


Las siguientes expresiones se han extraído, hoy mismo, de titulares de portada de los periódicos que se indican. Con semejantes inyecciones soterradas de optimismo, así cualquiera. Luego dicen que en España hay muchos bares.

1) ABC

Parados todos (…)
(...) intentó cortarse la yugular.
(...) sufren depresión (…)

2) PERIODISTA DIGITAL

(...) se va de rositas (…)
Quedan parados (…)
Fin de un romance (…)
(...) hacer puñetas.
Destroza a (...) por su rajada (…)

(3) LIBERTAD DIGITAL

(...) manipular actas oficiales.
(...) puso una cámara en el vestuario femenino (…)
(...) falta de principios (…)
(...) censura de fotos de pezones (…)
(...) hipótesis sobre el suicidio (…)
(...) escasa eficiencia (…)

4) LA RAZÓN

(...) pudo (...) y no lo hizo.
(...) cargar contra España.
(...) agresión a directivos (…)
(...) acosada sexualmente (…)

5) EL CONFIDENCIAL

(...) los más gilipollas.
(...) graves irregularidades (…)
Prostituirse a los 70 (…)
(...) apocalipsis financiero.
(...) siglo monstruoso.

6) EL CONFIDENCIAL DIGITAL

El gobierno (...) evitar un ridículo (...)
Globomedia sospecha (...)
Ojo con (…)
(...) impiden a un buque oceanográfico (...)