domingo, 31 de mayo de 2015

"EL EXPEDIENTE 113", Émile Gaboriau

RESEÑA NOVELA

El expediente 113, de Émile Gaboriau (1832–1873)La caja del Banco André Fauvel, de París, aparece desvalijada una mañana sin señales de haber sido forzada. 350.000 francos han volado. Los únicos depositarios de llave y contraseña son el propietario del banco, André Fauvel, y su cajero, Prosper Bertomy, empleado de toda confianza del primero. El cajero es detenido, para ser puesto en libertad por falta de pruebas. Un vacío social, peor que la condena, cae sobre él. Providencialmente, el inspector Lecoq, dueño de una poderosa mente analítica y maestro del disfraz, precedente de tantos detectives posteriores, se encarga de la investigación, que le hace remontarse a un periodo muy anterior a estos sucesos. Sale a la luz una trágica historia familiar que termina explicando lo ocurrido. La narración, una de las primerísimas muestras del género, aúna lo mejor del folletín y de la incipiente novela de misterio. En escena, aparte de los personajes ya citados, vemos al alambicado y pérfido Louis de Clameran, el encantador Raoul de Lagors, Valentine, la esposa del banquero robado, Fanferlot, El Ardilla, al servicio de Lecoq, Madeleine, dulce joven enamorada del cajero, o la pasional y desgraciada Nina Gypsy. Memorables diálogos, caracteres nítidamente trazados y ágil factura. La crítica, no obstante y de manera notoriamente injusta, no termina de ocultar su desdén a este autor, influido por Poe y que, a su vez, dejó su huella en Conan Doyle.



3 comentarios:

  1. No hay que prestar atención a la crítica, coger los libros y leerlos y dejarlos a tu propio criterio. De las peores cosas cuando los enemigos están dentro...

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    1. Javier Rey de Sola1 de junio de 2015, 21:17

      No sé en otros países. Pero en España no existe la crítica. Los que pasan por tales están a sueldo del poder político, mediático -antes se decía periodístico- o cualquier otro abyecto grupo de presión. Como dice usted, leer y disfrutar. Y hacerme caso a mí, naturalmente... (Lo último es broma, eh.)

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    2. No, no es broma debemos hacerle caso en sus recomendaciones, son magníficas.

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