jueves, 30 de octubre de 2014

SI YO TUVIERA UNA ESCOBA

DIMES Y DIRETES

Como al final de la época de González, recordaréis, España se despierta cada mañana con un nuevo caso de corrupción que deja a la ciudadanía entre perpleja e indignada. No vamos a indicar los numerosos procedimientos abiertos, que afectan a todos los partidos, remontándose en ocasiones mucho en el pasado. Ocupar un cargo público y robar ha pasado a ser, en el imaginario colectivo, algo con relación más que directa. Mantras como ‘presunción de inocencia’, ‘la mayoría de políticos son honrados’ y similares ha dejado ya de satisfacer a la ciudadanía, que exige medidas contundentes, destacando sobre ellas la devolución de lo robado. Pero no quería hablar de corrupción: es tarea perdida. Robarán, robarán y robarán. Y usted, caro lector, no tendrá más remedio que aguantarse, porque para eso está: para aguantar. Tampoco quiero hablar del grupo Prisa, que a pesar de las ayudas multimillonarias del gobierno, no deja de caer y de caer, lo que a este blog, él sabrá por qué, le llena de orgullo y satisfacción. Quería hablar, como siempre, para eso estamos, de literatura, de escribir. Tengo una tesis todo lo discutible que se quiera, pero es mía y se me ha ocurrido solo. Allá te va. De haber predominado en las décadas pasadas, no la basura literaria que sabemos –apoyada por el grupo Prisa, que por eso lo he sacado a colación–, sino la creación genuina que sobrevive en catacumbas, que haberla hayla, España no se estaría yendo moralmente al garete. ¿Y esto por qué? Si tienes paciencia te lo explico. Pues porque la creación literaria, la verdadera, no la auspiciada por el régimen, no la multipremiada, no la académica, la creación verdadera, digo, habría producido en el cuerpo social la catarsis oportuna, que para eso sirve el arte, además de su función estética: para moderar y corregir las costumbres, para educar, para decir esto está bien, esto está mal, lo que habría impedido el desastre moral a que asistimos. Y encima, nos habríamos divertido, en lugar de poner esa cara de pazguatos engolados, saliendo del cine o del teatro, con su periódico emblema cruzado en bandolera sobre el pecho. La cobardía de unos –derecha–, la felonía de otros –izquierda–, la pasividad de la mayoría –lo más disculpable, pues qué va a hacer el pobre tipo que intenta ganar unos euracos para su familia– todos esos polvos han traído aquestos lodos. No hay nada que hacer. Pero ojo, no se confíen los abyectos. Igual los que toman el poder no son esos pájaros de mal agüero que tanto pábulo reciben en las televisiones de la derecha y de la izquierda, a cuyos pechos se han criado, y que tanto asustan, cuando no tienen ni media bofetada. Igual es un seguro servidor, que, como don Quijote, limpio esas armas que han sido de mis bisabuelos y me tiro al campo. Al menos, me dará el aire. 



miércoles, 29 de octubre de 2014

REPASANDO LA CARTILLA (A las neuronas)

HUMOR ENTRE CASCOTES (DISPARATE)

   En atención a los lectores más sencillos de este distinguido blog, hoy empeñamos un artículo que puedan entender hasta los niños. Para ello, nada mejor que glosar algunas muestras de la cartilla que tantas veces copiamos en la escuela... y más nos hubiera valido seguir analfabetos. Allá vamos.
   “Mi mamá me mima”. Es la afirmación escueta y candorosa de la infancia. Pero ¿es conveniente que las mamás mimen? ¿No resulta perjudicial para el carácter? ¿Y no se le edulcora y falsea al pecoso pequeñuelo (un poco cacofónico, ya lo sé) su visión del mundo, llevándose luego, al espigar, más tortas que una pandereta? Piénsese.
   “Tu tía te tutea”. ¡Pues claro! ¿Era necesario verbalizarlo? ¿Cuándo y dónde las tías han dejado de tutear a los sobrinos? Y si hubiera sido así, ¿por qué mantendrían el antinatural tratamiento? ¿Lo sabían los padres de la criatura? ¿Y el Tribunal de Menores? Pasemos de largo, que aquí hay tema de fondo.
   “Tu tío toma tomate”. Los tíos siempre han tomado tomate. Punto.
   “Genaro tiene genio”. ¿Quién es Genaro? Diríase que proviene del medio rural, donde eventualmente se habría singularizado entre deudos y amigos, de ahí el aserto. El genio de Genaro ¿significa que posee carácter destemplado o se debe interpretar como expresión de intelectuales dotes? En este caso, ¿en qué esfera, científica o artística, destaca? Sólo pedimos, por el bien de Genaro, que no gravite al campo literario. ¡Que estamos en España, leches!
   “Pepito pitó penalti con el pito”. Pues nos parece muy bien. Aunque mucho ojo con sacarle punta a la frase.
   “Marta dormita con su marmota Mamerta”. ¡Marta quiere mucho a Mamerta y viceversa! De lo contrario, la mamífera dormiría en una cesta. ¿Será Marta huérfana? ¿Vivirá en el bosque, donde encontraría desfallecida a la marmota, salvándola de perecer? Aquí tenemos un hermosísimo ejemplo de amistad entre persona humana y animal. ¡Aprendan los que odian a los bichos! Un aviso: echen ellas el pestillo de la puerta, que hay personal incierto en la espesura.
   “El ñu le preparó al ñandú una añagaza”. ¡Caray con el ñu! ¡Qué inclinación malsana de hacerse la cusca unos a otros! Aunque también el ave podía ser de aúpa. ¿Picaría el ñandú? ¿Y cómo han llegado a relacionarse seres tan distintos? Para acabar enemistados, mejor no se hubieran tropezado. ¡El mundo es ancho! Vaya cada cual por su lado.
   “Suso susurra a Susana en el aseo”. ¡Salgan inmediatamente esos dos del baño!
   “Sisebuto siseó a Sansón”. No sabemos quién es el primero, y el único Sansón que conocemos es el que acabó vencido por “armas de mujer”. Parece aquí que Sisebuto le avisara.
   Hay más ejemplos, pero prefiero que los torpes los extraigan por sí mismos, repasándolos con su mejor letra e inteligiéndolos. Verán que poco a poco se irán haciendo más despabilados. Pero también es verdad que lo que natura no da, Salamanca no lo presta... aunque ahora están de saldo.



martes, 28 de octubre de 2014

"LOS TRABAJOS DE PERSILES Y SIGISMUNDA", Miguel de Cervantes

RESEÑA NOVELA


"Los trabajos de Persiles y Sigismunda", Miguel de Cervantes (1547-1616)  - Novela de aventuras de denso fondo ideológico nutrido del catolicismo, en la que Cervantes, en el último tramo de su vida, "Puesto ya el pie en el estribo", nos entrega su testamento espiritual y literario. Periandro y Auristela, los Persiles y Sigismunda del título, se aman y son peregrinos hacia Roma, donde reside el Pontífice. Sufren innúmeros percances, junto a otros personajes, encarnaciones de virtudes y defectos, y paradigmas todos del respectivo progreso de sus almas. Sumamente entretenida, la religión, la muerte y el amor son sus temas sustanciales, compendiándose el total de la existencia humana, tal como la concibió el máximo genio que han dado nuestras letras. Junto con el Quijote, y sin olvidar otras máximas composiciones del autor, el Persiles constituye la otra cara de una sólida moneda de oro puro. Nos atrevemos a sugerir que esta novela, de la que Cervantes se sintió legítimamente orgulloso, teniéndola como su creación más elevada, todavía no se ha entendido plenamente.



lunes, 27 de octubre de 2014

TEMPLANDO GAITAS

Al fuelle

UNO: Escribir “mal” o “incorrectamente”. La lengua –cualquier lengua– es catálogo de arbitrariedades expresivas. Pero no todas las arbitrariedades sirven. Hay que seguir la ley misteriosa de la lengua, para la que el pueblo tiene excepcional oído. Roza la genialidad –es un ejemplo– denominar “fandango de Huelva” al “fandango de Huelva”.
DOS: Detrás del explorador o pionero, inevitablemente, vendrá el turista.
TRES: Del Eclesiastés: “De la muchedumbre de las palabras nacen los despropósitos”.
CUATRO: Del western: “Todo predicador ha sido antes otra cosa”. 
CINCO: De la vida: “¡Lo tuyo se arregla con una buena paliza!”
SEIS: ¿Información? La mejor manera de no enterarse de nada.
SIETE: Microcuento: “La desesperación se pintaba en su semblante. En 
pocos días, había envejecido varios años. Profundas arrugas surcaban su rostro, hasta ayer joven, y lívidas ojeras daban a su mirada un acusado sello de melancolía y soledad. Su cabello encaneciera, y él caminaba por las calles torpemente y farfullando una letanía incomprensible. Aquél hombre tenía albañiles en su casa”.
OCHO: Es difícil saber dónde está la realidad.
NUEVE: Un autor no puede caer bajo ningún concepto en manos de sus lectores.
DIEZ: ¡Ojo con la victoria! Es mucho más fácil administrar una derrota. 
ONCE: La palabra “cursi” es cursi.


domingo, 26 de octubre de 2014

"EL CLUB DE LOS NEGOCIOS RAROS", Gilbert Keith Chesterton

RESEÑA NOVELA

"El club de los negocios raros", Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) - Bajo la paradójica premisa de que "los hechos oscurecen la verdad", presenta Chesterton seis ágiles relatos entre lo detectivesco, lo burlesco y lo humorístico. El Club que da título al libro sólo admite entre sus miembros a quienes, demostradamente, hayan inventado una manera "nueva" de ganarse la vida. El Presidente de esta asociación insólita, Basilio Grant, en su afán de aproximarse a la justicia, comienza por renunciar a su profesión de juez, persiguiendo luego aquélla por desusados medios, que dan pie a poner en evidencia las falacias sobre las que generalmente se erigen las apreciaciones más seguras. La gozosa y rotunda ironía del autor, inolvidable polemista, denuncia la inanidad de lo que se conoce por Progreso y la moralidad discutible -y por ende, ineficaz- de la presente civilización que compartimos. Especialmente recomendable para los tiempos que corren.



jueves, 23 de octubre de 2014

"EL JUEZ, SU SEÑORÍA"

TEATRO


Drama original "El juez, su señoría"

"Un juez puede actuar por motivos turbios, por no decir inconfesables -desde lo más antiguo existen testimonios al respecto-. ¿Pero qué ocurre cuando algo todavía más oscuro fija su mirada en él?"

(Todas estas obras se encuentran legalmente registradas. Quien quiera representarla puede contactar con la SGAE o enviar un e-mail al autor a: reydesola@gmail.com )

Para tres personajes masculinos y tres femeninos.






miércoles, 22 de octubre de 2014

PÉREZ (Cuando el silencio es oro o a saber)

HUMOR ENTRE CASCOTES (ENIGMA)

A Pérez –muchos lo vieron- le cachetearon a las siete de la tarde del domingo conforme se dirigía al baile de la pérgola. Llevaba su traje marrón de día de fiesta, un clavel rojo en la solapa y el pelo negro engominado sobre su cara ancha que incluía una sonrisa de perdonavidas. Pérez –lo observaron-, al recibir el bofetón, sacó velozmente la mano izquierda del bolsillo, donde jugueteaba con un manojo de catorce llaves, y se dispuso a devolver el golpe. Pero –y aquí también concuerdan los testigos- se contuvo extrañamente, recuperó el ademán y, luciendo de nuevo su sonrisa, siguió andando como si en lugar de la afrenta hubiera recibido el saludo de un amigo.
En el baile se comportó de la forma acostumbrada: sacó a bailar a unas y desdeñó a otras, invitó a limonada y la consumió él mismo, bromeó con sus muchos conocidos. Nadie se explicaba la reacción de Pérez, considerado con justicia un bravucón e incapaz de soportar el mínimo desaire. El motivo e identidad del agresor, ante la personalidad del agredido y su respuesta, quedaron inicialmente en un segundo plano, y sólo la necesidad de explicar de manera satisfactoria lo ocurrido movió a pesquisas ulteriores. Sin embargo, ni una persona fue capaz de presentar de aquél una descripción, aunque somera, ni decir si habló o insultó a Pérez, o se limitó a pegarle.
Era impensable preguntarle al propio Pérez, así que la  imaginación encontró campo abonado. Un hombre de experiencia dijo en francés que había que buscar a la mujer, queriendo señalar que existía de por medio un asunto de faldas y un marido ofendido. Se encontró a esta explicación un número casi infinito de variantes. Otro se inclinó por una apuesta, que habría ganado Pérez, y hubo quien apuntó la posibilidad de que se hubiera malinterpretado el episodio, tomándose por bofetada lo que posiblemente era otra cosa. Todos descartaron –hechos posteriores dieron fe- que Pérez se hubiera desfondado.
Durante un tiempo se habló de aquel domingo en que Pérez fue cacheteado yendo al baile.

martes, 21 de octubre de 2014

"EL INSPECTOR", Nikolái Gógol

RESEÑA TEATRO

"El inspector", Nikolái Gógol (1809-1852) - El solo título de la comedia ya suscita evocaciones entre la sátira y el costumbrismo. Y esto es la obra: una sátira de costumbres de largo alcance sobre el mundo funcionarial, quizá la más lograda y conocida en su género.
La visita anunciada de un inspector a la ciudad provoca inquietud y zozobra entre los personajes a investigar. Humorística y sangrante,  la comedia retrata genialmente las mezquindades y ridículos aspavientos de jerarcas ciudadanos, infatuados por sus cargos, y la humillación y falta de dignidad del pueblo. "El inspector" fue acogida con entusiasmo por el público, pero provocó agrios sinsabores a su autor, obligándole a marcharse al extranjero.




lunes, 20 de octubre de 2014

PERDIGONAZOS EN LA SALVA PARTE

A la carrera


UNO: Lo cuenta Chesterton. En su lecho de muerte, se confesaba un bandolero. Recibida la absolución, le dice al padre: “No puedo pagarle, pero le daré un consejo que le servirá de por vida: El pulgar, en la hoja; y herir hacia arriba”.
DOS: A ver por qué razón el “Martín Fierro” no ocupa el lugar excelso que merece.
TRES: Dos son multitud... y con tendencia al alza.
CUATRO: Dicen que los escritores acaban trastornados. La verdadera locura es comenzar.
CINCO: Es como lo del huevo o la gallina: Nunca se sabrá si la presencia de la Policía origina los atascos o al revés.
SEIS: Cuando un locutor afirma que “se podía haber producido una tragedia de incalculables dimensiones”, se adivina el deseo inconsciente de que así hubiera sido.
SIETE: Jesucristo se expresaba en parábolas. ¡Pero de ningún modo puede considerarse un precedente de la actual literatura!
OCHO: La verdadera transgresión fue la invención de la escritura. 
NUEVE: ¿Cuál es la costa sur del continente antártico? 
DIEZ: Hay que distinguir entre “idea” y “ocurrencia”. Las ocurrencias suelen ser inocuas y muchas veces tienen hasta gracia. 
ONCE: Cuando relativizamos los hechos, sintiéndonos en paz con nosotros mismos y con el mundo... hay que devolver a su sitio la botella de whisky.
DOCE: “Átomo” significa “indivisible”. Y ya ves tú. 



domingo, 19 de octubre de 2014

"LA BALADA DEL CAFÉ TRISTE", Carson McCullers

RESEÑA NOVELA

"La balada del café triste", Carson McCullers (1917-1968) - El tema esencial de esta novela -ambientada en un pequeño pueblo del sur de Norteamérica- se sitúa más allá de sus páginas. ¿Por qué fracasó, a los pocos días de su boda, el matrimonio de la señorita Amelia Evans, despidiendo bruscamente a su marido de su lado? ¿Qué motivo la impulsó andando el tiempo a admitir en su casa a su contrahecho y desconocido primo Lymon, satisfaciendo sus caprichos y volcando en él todo su amor?   ¿De qué naturaleza es el vínculo que acaba uniendo a ambos hombres, convirtiendo a la mujer en cruel víctima de su venganza y arrojándola a una vida de soledad a la que parece fatalmente destinada...? Los habitantes del pueblo, en su mayoría trabajadores pobres, se hacen silenciosos y perplejos estas preguntas, sin conseguir responderse, conforme ven desfilar las estaciones al ritmo lento de sus vidas...

jueves, 16 de octubre de 2014

LO OPACO

DIMES Y DIRETES

Por circunstancias de la vida, el calificativo de ‘opaco’ ha venido utilizándose en las últimas semanas en su acepción peyorativa. Esas tarjetas color de chapapote que se han hecho repentinamente tan famosas han venido a colmar la paciencia de este pueblo boyuno y entrañable que es España. La inmoralidad de unos pedazos de plástico tan absolutamente selectivos ha devenido en símbolo –así lo ve la mayoría– de la gravísima enfermedad padecida por la nación durante décadas, enfermedad que, durante este mismo periodo, por razones también de interesada miopía, ha sido perfectamente asintomática. Salimos del franquismo –con perdón–, a pesar de los numerosos problemas que había entonces, en excelentes condiciones para afrontar eso que llamamos el futuro, como se encargó de señalar, poco antes de su óbito –nuevamente con perdón–, el propio Franco. Los incapaces y sinvergüenzas que nos han venido gobernando desde entonces, con las honrosas excepciones que se quiera, colándose por las menores rendijas donde había algo que rascar, han conducido al país a la catástrofe. Catástrofe que abarca todos los ámbitos que a usted, sano lector, se le puedan ocurrir y los que ni siquiera se atreve a imaginar. Sin hablar de otros sectores –verbigracia el terrorismo, que duró sospechosamente demasiado y todavía colea–, nos preguntamos por ejemplo, al fin y al cabo es la materia de este blog, que pasó con la cultura. Con el teatro, donde, en el dilatado lapso a que nos referimos, no ha emergido una sola figura comparable a las de antaño –Buero Vallejo, Mihura– y sí muchos histriones que exhiben sus monerías, muchas veces procaces, sobre las tablas. Con el cine, que se nos llenó de sucia porquería, comparado con el cual aquello que se denominó ‘landismo’ se sitúa artísticamente por las nubes. Qué pasó con la novela, que se plagó de repente de bastardos de la pluma, aquellos que Francisco Umbral llamaba ‘angloaburridos’ y que coparon periódicos, universidades, academias, para desde allí lanzar sus engoladas consignas y llenarse de paso, cómo no, los bolsillos. Recuperada la libertad aquellos años, la volvimos a perder casi al instante. Ahora intentan nuevamente encajar las piezas, salvar lo que se pueda, soltando algo de lastre, como este de las tarjetas y otros que entretienen los debates. Pero mucho nos tememos que, como decía el poeta, vuelvan las oscuras golondrinas, que no serán las golondrinas que nos alegran y, a la vez, entristecen el verano, sino los mismos buitres que ensayarán de nuevo el truco del trilero, convenciéndonos de que la bolita de la esperanza está, ahora sí, de verdad, te lo prometo, justamente debajo del cubilete que te indican. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

UNA HISTORIA SINGULAR (A jumentos)

HUMOR ENTRE CASCOTES (capricho)

   Pafnucio se sentía minusvalorado. Su croquetería se veía desplazada a los últimos puestos en el ranking. Él no podía comprenderlo. ¿No demostrara, por ventura, que sólo un reducido porcentaje de los clientes que acudían a comer a su negocio contraía salmonelosis, junto con una exótica variedad de tifus que resultaba mortal en cada caso? ¿La estadística no le daba la razón? ¿Para qué servía entonces esta rama de las matemáticas? ¡Ahora se alegraba de haberla suspendido en sus estudios, paralelamente al resto de las asignaturas!
   Pafnucio se estremecía en su lecho y fuera de él (quiere decirse que de día y de noche). Comenzó a barruntar –no era muy listo– un trato esquinado por parte de la sociedad y de las autoridades que regían con benevolencia y pundonor a ese ganado para el que cocinaba su mercancía. Todos se habían conjurado contra él, y tembló por un momento. (Temblar no es lo mismo que estremecerse, así que no se redunda diciendo, por un lado, que se estremecía y, luego, que tembló. ¿Estamos?)
   Pafnucio se pasaba las noches en blanco y las jornadas dormido, al revés de como tenía que ser. Este desorden traducía el de su mente, que nunca la tuvo muy clara y a la sazón se iba volviendo todavía más obtusa. Con ello se resentía su comedero, y venga a mandar al hospital incautos, donde eran atendidos tarde, mal y nunca, siendo puestos en la calle de una patada literal en el trasero y sin completar el tratamiento.
   Pafnucio (que hubiera preferido llamarse Miguel o José Carlos y ni siquiera esa dicha le era dada) trabó conocimiento con un estibador del muelle que le ayudó a recuperar la fe en sí mismo, enseñándole a propinar la torta a mano vuelta, en lo que pronto fue un consumado perito.
   Lo que sí tenía Pafnucio era un instinto de cojones, que le indujo a desconfiar del de los muelles, sospechando que buscaba robarle su negocio.
   No era así (de instinto de cojones, nada), sino que el estibador hacía méritos, acumulando bondades en un platillo de la balanza de su alma, dado que en el otro platillo figuraban estupros, asesinatos y baladronadas, estando verdaderamente en el alero zafarse el musculoso de las ultraterrenas llamas.
   Pero Pafnucio distaba de entenderlo, derivando hacia el odio su prístina amistad a quien le devolviera la autoestima, con lo que volvió a perderla y para este viaje no necesitábamos alforjas.
   Total que se liaron a mamporros, llevando el de las croquetas la peor parte y tampoco había que ser un lince para adivinarlo. Aquí se marchó por donde viniera el de los muelles, pesándole horrorosamente el platillo de las depravaciones, que el mayor ladrón del mundo comenzó robando un alfiler y del que hablamos llevaba ya muy recorrido el camino de la protervia.
   Pafnucio se dijo que de perdidos al río. Le prendió fuego a su croquetería, sintiéndose por dentro más puro, más niño. Aunque seguidamente se encabronó cuando los del seguro no quisieron cubrir pérdidas, y les aguardó apostado detrás de una farola, con objeto de castigarles con la torta a mano vuelta, que era, en definitiva, lo único en limpio que sacara del asunto. 



martes, 14 de octubre de 2014

"TARZÁN DE LOS MONOS", Edgar Rice Burroughs

RESEÑA NOVELA

"Tarzán de los monos", Edgar Rice Burroughs (1875-1950)  La primera entrega –siguieron veintitantas– de este mito contemporáneo, feliz muestra o avatar del niño criado por fieras. Quienes únicamente lo conozcan a través de la pantalla, se llevarán agradabilísima sorpresa, no sólo al comprobar cómo el cine lo privó de poesía y de su esencia, sino asistiendo al desarrollo del joven Tarzán, en su doble vertiente física, que lo conduce a la supremacía sobre la tribu de grandes monos que constituye su familia, y "académica", llevándole a desentrañar por sus propios medios los misterios de la escritura. Fluidísima narración, como todas las de Burroughs, que termina desvelando los orígenes aristocráticos del héroe, su frustrado amor por Jane y su amistad con el teniente D'Arnot. Un Tarzán políglota y desengañado cierra las páginas del libro... para continuar en El regreso de Tarzán, con el que forma díptico, con memorables escenas en París y nuevos personajes, como la intachable y, a la vez, voluptuosa, condesa Olga de Coude, su marido Raoul, el malvado Rokof y otros muchos. Trepidante. 



lunes, 13 de octubre de 2014

INSPIRACIONES CATECÚMENAS

A la espinosa realidad

UNO: El juez encontró atenuantes en aquel terrible asesinato: la víctima le había contado a su verdugo el veraneo.
DOS: La felicidad es contagiosa. Por eso, se aísla cualquier brote. 
TRES: Importante aviso en las ventanillas de los trenes: “Es peligroso asomarse al exterior”.
CUATRO: Sólo son ciertas las calumnias.
CINCO: Su vida se basaba en un trágico error. Pero ignoraba cuál. 

SEIS: El hombre no puede perdonar a la mujer.
SIETE: El mal escritor: “Se había retrotraído a un pasado idealizado e 
imposible”. Hay que decir: “Fulano se acordaba de su madre”.
OCHO: De un western: “Ya te he enseñado a disparar. Ahora tienes que conocer a las personas. Y esto te llevará el resto de tu vida”.
NUEVE: No confundir carácter con mal genio.
DIEZ: Yavé al profeta Jeremías: “No tiembles ante ellos, no sea que yo 
te haga temblar ante ellos”.
ONCE: La oportunidad siempre pasa, pero nunca de la misma forma. 
DOCE: El tribunal que juzgaba por antisovietismo a Joseph Brodsky le preguntó su profesión. Ante la respuesta de que era poeta y traductor, se sonrieron: eso no constituía trabajo de ninguna clase.
TRECE: Oído a un camarero: “No hay mujer tonta"  



domingo, 12 de octubre de 2014

"CUI-PING-SING", Agustín de Foxá

RESEÑA TEATRO

"Cui-Ping-Sing", Agustín de Foxá (1903-1959) - Delicioso drama en verso lleno de melancolía, de lirismo y del sentimiento del amor perdido o, por mejor decir, inaprensible. El emperador mítico de China, el sabio que es su amigo, encargado de buscarle esposa, el pintor que retrata la belleza, el traidor y la enigmática -primero pobre, luego emperatriz- Cui-Ping-Sing, pletórica de amor que vacila ante su objeto como la llama temblorosa de una vela, pasan como sombras por el sublime escenario del oriente que es la vida. Una de las obras teatrales y poéticas más impresionantes y delicadas del agitado -y mucho menos conocido de lo que se supone- siglo XX literario en España.



jueves, 9 de octubre de 2014

RECETA PARA DESTRUIR A UNA PERSONA

DIMES Y DIRETES

El motivo es lo de menos, a ti te parece suficiente y basta. Puedes tenerla envidia, manía personal o, simplemente, deseas ocupar su puesto en el trabajo. Herramientas para lograrlo, las de siempre: calumnia, maledicencia, pruebas falsas, y quien dice falsas, traídas por los pelos. El comportamiento sexual de tu víctima, el que tú te inventes, claro, es pilar imprescindible en la  tarea. La puedes acusar de homosexual que no ha salido del armario, de mujeriego, aunque esto segundo da últimamente poco juego, dada la permisividad de costumbres del ambiente. Pero tampoco lo descartes, sobre todo si tu pobre desgraciado es sujeto familiar y de orden. Tacharle de estuprador está muy bien, principalmente si, por oficio o lo que sea, se relaciona con menores. Como maneje dinero ajeno, ya sabes por dónde arremeter. Así, con otras circunstancias, siempre adaptadas a tu víctima, hombre o mujer, no hace falta decirlo. El momento más sensible –mucho cuidado– es cuando tú, en persona, siembras la prístina semilla. Aquí no puedes cometer ningún error; tampoco es factible delegarlo. Un destinatario elegido con descuido se te puede revolver, exigiéndote verosimilitud: quién te ha contado eso, dónde, por qué. Debes buscar unos oídos nada prevenidos, que se embuchen sin parpadear la vil patraña. Muéstrate compungido a esta persona, al tiempo que la exiges discreción e, importantísimo, que no te vaya a mencionar posteriormente. Los anónimos, aunque resultan cómodos, lamento desengañarte si has pensado en ellos, se desaconsejan vivamente. Una vez que la calumnia echa a rodar, te puedes permitir –casi te diría que es imperativo– defender virtuosamente y con la boca pequeña al calumniado. En muy poco tiempo verás los frutos. Suerte y ya me dirás cómo te va. 



miércoles, 8 de octubre de 2014

CRÓNICA ITALIANA O EL CONSEJO (A la beocia)


HUMOR ENTRE CASCOTES (DISPARATE)

   –Lo que yo te diga, Buonarroti –le amonestaba el amigo–. Por el camino que llevas no sacarás sino la cabeza caliente y los pies fríos. Se te está quedando cara de amargao con tanto picar piedra, que cualquier día te salta una esquirla y adiós ojo. Sin contar que te pagan tarde y mal, y ni los más predispuestos a tu persona aprueban tu misantropía que te está comiendo las entrañas. Consíguete unos gajes, que con tu talento los tendrías sobrados, y entrégate a la molicie como hacemos los que sabemos.
   “¡A qué pintar gente en pelotas, que no sé cómo no te metió la clerigalla ipso flauto en la mazmorra, sino porque te tienen lástima de lo pringao que eres! Y la jornada más indispuesta te viene un pintamonas y te cubre las figuras con bragas de reglamento, con lo que no te habría valido de nada tu chabacanería, siendo así que por lo menos habrías debido colocar, principalmente a nuestra doliente madre Eva, ropajes de los pies a la cabeza, sin que se viera ni el tobillo, que a poco que te fijes se te tiene que poner dura como la roca si eres hombre, y del que sea marica ni cuento con el resto de las efigies masculinas.
   “Por mi parte te aconsejo te agencies unas putas, que yo te las puedo presentar y te distraerías, pues eso es lo que te falta: diversión. Todo el día pintando y esculpiendo, pintando y esculpiendo, pintando y esculpiendo... y ni desde lo más remoto te lo van a agradecer, pues lo del Arte y la inmortalidad son zarandajas y nadie se explica cómo persistes en semejante actitud tan perjudicial para ti mismo.
   “Ayer sin ir más lejos escuché, y no te lo tendría que contar, si estarías mal de la azotea, duda que abrigamos más de uno, menos yo que te conozco y sé que eres puntilloso y obsesivo y has caído en un pozo del que no sabes salir. Pero para algo tienen que servir las amistades, principiando por la mía que coloco a tu servicio, aunque eso sí, tienes que poner algo de tu parte. Como los alcohólicos anónimos, que para curarse se obligan a expresar sobrios el deseo de apartarse del vino y lo que tenga graduación.
   “Deja el mármol, Buonarroti, que la piedra la trabajen otros y búscate un empleo digno y más acorde, amanuense por ejemplo, que están buscando uno aquí en la Biblioteca Vaticana y toda la labor consiste en echarse a dormir sobre los pergaminos. Aunque lo de amanuense, tampoco, que te podría entrar manía por lo que ponen los legajos y habríamos salido de la sartén para caer en las brasas, pues también te tira lo negro sobre blanco.
   “Lo que te vendría pintiparado sería emplearte en una sauna y ser tú el de las toallas, que aquí sí que hay un porvenir para el que acierte a aprovecharlo, con tanta decadencia que nos invade, que las damas y caballeros de la alta aristocracia y todo el que tiene un duro se lo gasta en vicio. Y además es trabajo limpio y cuando quieres te bañas y te aplicas un ungüento y siempre vas oliendo bien, que no te lo quisimos decir, pero cuando bajaste del andamio de hacer esos pintajos, lo que menos una ducha y lo que más que te fumigaran con sustancia insecticida.
   “Te lo pido de rodillas, Buonarroti, y el que te habla es amigo verdadero: abandona la mala vida y hazte toallero, que todavía estás a tiempo y yo le puedo hablar al encargado. 



martes, 7 de octubre de 2014

¡QUÉ BELLO ERA SULEYKEN!, Siegfried Lenz

RESEÑA NOVELA

"¡Qué bello era Suleyken!", Siegfried Lenz (1926-2014) - En homenaje al autor que hoy, 7 de octubre de 2014, ha fallecido a los 88 años de edad. 
Uno de los libros encantados de la literatura, en el que el "alma masuria" -la región se sitúa al sur de Prusia- se despliega en veinte sencillos, armoniosos y humorísticos cuentos. Los maravillosos retratos de estas gentes, a veces trazados de una mera pincelada, y el incomparable paisaje en que se mueven, nos devuelven a un mundo de inocencia en el que lo cotidiano se permea de incontaminada sabiduría, evocando la añorada atmósfera del perdido Paraíso. Pescadores, agricultores, leñadores... recorren las páginas de este libro cuajado de nostalgia -que se erige en barrera contra el tiempo-, donde los habitantes palpitan al unísono, en sagrado e inconsciente homenaje a la tierra que los sostiene y alimenta.



lunes, 6 de octubre de 2014

PINCELADAS SOBRE EL LIENZO EN BLANCO

Al pincel de punta fina

UNO: La opinión actual es como la plastilina en manos de los niños: una sucia pasta de la que han desaparecido los colores.
DOS: El hombre nunca deja de ser niño. Y la mujer lo sabe.
TRES: Con la verdad se puede ir a todas partes. ¡Pero menuda caminata!
CUATRO: El niño es el padre del hombre. El hombre es el abuelo del niño. Con lo que el niño pasa a ser el biznieto de sí mismo.
CINCO: El derecho a ser imbécil es una conquista fundamental de nuestro tiempo.
SEIS: Un test: enumerar cuestiones que nos distancien del presente. La longitud de la lista será directamente proporcional al buen sentido.
SIETE: ¡Ya no se puede ver películas! Todas las blancas nos parecen iguales.
OCHO: ¿Dónde se meterá la gente cuando no la encontramos?
NUEVE: En ocasiones vemos el mundo borroso y enigmático: nos hemos olvidado de ponernos las gafas.
DIEZ: Afrodismo: aforismo que excita sexualmente.
ONCE: Lo de la bicicleta no termina de creerse. ¡Un vehículo sobre dos ruedas! Tan inviable como un taburete de dos patas.
DOCE: América no fue un descubrimiento. Se inventó. 
TRECE: ¡Demasiado crudo para ponerlo por escrito!
CATORCE: Congreso de Escritores. ¡Excelente oportunidad para 
pillarlos todos juntos! 



domingo, 5 de octubre de 2014

"JANE EYRE", Charlotte Brontë

RESEÑA NOVELA


"Jane Eyre", Charlotte Brontë (1816-1855) - Sobradamente popularizada por el cine, nada puede sustituir a la lectura de esta novela, una de las más importantes de la literatura inglesa de todos los tiempos. El camino hacia el amor de Jane Eyre, "pobre, vulgar y huérfana", como se califica ella misma con ironía, resulta arduo y plagado de obstáculos. De pariente pobre a educanda en un internado femenino, se convierte posteriormente en institutriz en el hogar del enigmático mister Rochester. Y si hasta entonces Jane había experimentado tan sólo un trato desabrido, a partir de aquí se va introduciendo en su vida, como un suave perfume, la singular y casi irreconocible senda de la felicidad, no incompatible con nuevos reveses, debiendo enfrentarse a un tenaz y demoledor misterio. El premio a la lealtad al propio destino vendrá al fin. Apasionante narración, cuyo tema -el huérfano desamparado- se manifiesta particularmente en la literatura clásica inglesa.



jueves, 2 de octubre de 2014

CUANDO RUGE LA MARABUNTA

DIMES Y DIRETES

Si decimos que la libertad de expresión, en España y en el mundo, se encuentra en retroceso, es muy posible que esta afirmación se considere exagerada. Es verdad que en las redes sociales y otros espacios las personas se manifiestan con una libertad que aparentemente no ha existido hasta el momento. Todo el mundo, en principio, puede expresar, en la tribuna que tenga más a mano, y no faltan, lo que le pase por la cabeza. Sin embargo, saltan las alarmas cuando, desde ciertos ámbitos, como puede ser un ministerio –éste es un caso real–, se propone lisa y llanamente “retirar” un libro que no deja de ser una glosa humorística de determinado pasaje de la Biblia. O cuando –es otro ejemplo de hace solamente unos días– se arremete con sañuda virulencia contra el discurso de un obispo, que expresa sin pelos en la lengua el conocido pensamiento de la Iglesia sobre la práctica –no sobre la condición– homosexual. El historiador Pío Moa ha denunciado en repetidas ocasiones la existencia de vocablos policía que, encarnando lo políticamente correcto, se aplican como una suerte de condena inapelable al discrepante. Resulta muy curioso, además, que estos vocablos tengan su diana predilecta, por un lado, en el comportamiento y temática sexuales y, por el otro, en los postulados de la Iglesia en este campo. No hace  falta ser muy mal pensado para intuir que está operando en el seno de la sociedad global una contumaz campaña para uniformizar a la población sobre temas tan sensibles, descalificando con la máxima dureza –buscando incluso condenas judiciales– a quienes legítimamente no compartan sus premisas. Debemos oponernos a estas maniobras, que están degenerando en inconsciente y cómoda costumbre, pues no está en discusión la preeminencia de esta o aquella opinión, sino la misma y necesaria libertad, de la que Cervantes decía, en su inmortal Quijote, que “por la libertad (…) se puede y debe aventurar la vida”. Como que están hechas de la misma sustancia.



miércoles, 1 de octubre de 2014

LA TORRE (Lo que te mira)

HUMOR ENTRE CASCOTES (ENIGMA)

"y dijeron: Vamos a edificarnos una ciudad y una torre, cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos, por si tenemos que dividirnos por la haz de la tierra." (Génesis 11,4)

El hexagrama número 20 del milenario Libro de las Mutaciones chino, “La Contemplación” (“La Vista”), evoca la imagen de una Torre. Parte del texto correspondiente al signo, reza lo siguiente: El viento planea sobre la tierra; la imagen de la Contemplación. Así los antiguos reyes visitaban las regiones del mundo, contemplaban al pueblo y brindaban enseñanza.

La torre se eleva solitaria sobre el peñasco. A menudo, la niebla la envuelve en su misterioso abrazo y sólo se divisan nubes. Pero su oculta mole permanece, rezumando de humedad sus muros y empapándose de inmortal conciencia. De noche, la luna la sumerge en plata y se muestra altiva como una diosa antigua. No la conmueve el viento ni el granizo y la nieve la viste con su manto. Relampaguea con furia su cabellera en las tormentas. Lágrimas se deslizan por sus flancos. La visitan pájaros, que gustan de anidar en sus heridas. Debajo, hundidos profundamente en tierra, discurren olvidados pasadizos donde espíritus custodian un tesoro. La torre ha visto sucederse a sus pies generaciones. Espió cortejos a la orilla de los arroyos. Supo de amor y de tristeza. Se enteró de secretos y profecías acudieron a sus labios, que esparció en la brisa. Presenció guerras, escuchó el ruido de las armas y el relincho de los caballos lacerados en el vientre. Llegó a sus almenas el gemido de las viudas y el llanto de los niños estrellándose contra la roca. A la luz de las hogueras, los guerreros se repartieron el botín. ¡Tantas veces contempló la torre incendiarse los sembrados...! Inunda el prado de invisibles sierpes y se suma a la alegría en los festejos. Son sus parientes las pirámides y la oriental muralla. Se mira con regocijo en las estrellas, que adornan su yedra en el verano de luciérnagas. Sabe de la existencia de lagos subterráneos, donde ninfas y hadas se pasean en sus góndolas y murciélagos escriben su garabato sobre el agua. Se estremece y tiembla con la tierra, para terminar acunándola en su sueño. Conoce los arcanos de la espera. Es símbolo de la soberbia y el desastre; también de la soledad y la virtud. Y apurando más, de la esperanza. Se eleva, solitaria y audaz, sobre el peñasco.