HUMOR ENTRE CASCOTES (DISPARATE)
Escribir novela, contra lo que algunos piensan y los autores proclamamos, es lo más fácil del mundo.
Imaginemos a uno que se llama Florencio Carrascosa y es apicultor o matarife; también le podemos hacer oficinista. Cansado de las abejas, que le
han picado multitud de veces, o hastiado de sacrificar animales para el
consumo o desesperado de soportar a su jefe, que está en trance de seducir a
la chica nueva que ha entrado en la oficina, Florencio Carrascosa se pone a
pasear por la orilla del río. Y quien dice río, dice mar o una arboleda.
Florencio tiene madre, que es una viejuca todo corazón, pero tan
inteligente como un adobe, por lo que ignora las cuitas de su hijo, quien, por
cierto, se ha llevado una pistola para matarse. ¿El motivo de fondo? Te lo
inventas. Y si no queda creíble metes un lirismo, que es en literatura como el
condimento para la carne putrefacta.
Las abejas, intuyendo el drama en ciernes con el instinto que tienen los
animales, y esto reza igual para las vacas, suponiendo que Carrascosa sea
matarife, y para la chica de la oficina, que se encuentra desasosegada sin
motivo..., todo este ganado quiere decirse que barrunta que Florencio está a
punto de cometer una barbaridad. No así la vieja, que le está dando vueltas a
la perola, aguardando el regreso de su hijo para comer, cuando aquí dejamos
claro que quizá no vuelva. Hay que acentuar el dramatismo de la escena, con
unas nubes barrocas, por ejemplo, que se persiguen como cerdos en el cielo, o
un gorrioncillo abatido por un ave de rapiña o lo que sea. ¿Se va cogiendo?
Pasa una cosa: que si se mata Florencio, adiós novela y bienvenido
cuento. Pero si te quieres extender, sólo existen dos opciones: que no haya tiro
o bien que falle; o que Florencio recapacite y “una mierda me voy a matar yo”,
retirándose del estruendoso mar, que dice Homero, o del río o alameda.
Estamos en el trance de sustituir la acción externa por la visión de
Carrascosa, que de repente se nos convierte en un lince y comienza a retratar
a la sociedad contemporánea, dándonos una radiografía de sus afanes y sus
miedos y del callejón sin salida a que estamos abocados. De lo que es
cumplida pincelada la persecución del jefe a la chica nueva, la cual, aunque es
un poco alegre, y ya me entienden, no quiere relaciones con el superior
jerárquico, que está enamoriscada de un aprendiz de droguería que se llama
José Carlos y de tres o cuatro más, todos sin obtener el graduado.
Aprovechamos para meter un montón de personajes, siguiéndolos por
multitud de escenarios y ambientes, mas no tanto que perdamos el hilo de la
narración, que no es otro que Florencio Carrascosa hasta la muerte.
Y cuando parece que nos estamos olvidando de él, lo resucitamos a
primera línea de fuego haciendo que unos manguis le den una paliza. No
parando en este punto las sorpresas, ya que resulta que Florencio, ni matarife,
ni apicultor, ni oficinista, sino ministro del Señor (ya se coló), con lo que te
obliga a rehacer el borrador de cabo a rabo y tú eres el primero cabreado.
Aunque le puedes dejar aficionado a las abejas, pero trasladando a él la
rabia que te da comenzar todo de nuevo. En consecuencia, le propina una
patada a la colmena y los insectos le ponen la cara como un monstruo, e
intentas casar los elementos, que no hay forma, y sueñas con el día en que,
después de un montón de folios, coloques la palabra FIN.
Ja, ja, ja, ja... Me ha encantado esta receta para escribir novelas.
ResponderEliminarSeguro que más de uno ya la viene aplicando, jajajaa ;-)
Saludos
Gracias, gracias. Estoy abrumado. Marchando la 2ª parte.
EliminarSí, muy divertida esta entrada
ResponderEliminar¡ Ea, ya me perdí hasta en la lectura que si me dedicara a la escritura, pobre de mí!. Buenos consejos para el ejercicio de escribir, lo seguiremos atentamente.
ResponderEliminarDivertidisimo: " ¿El motivo de fondo? Te lo inventas" "¿Se va cogiendo? " “una mierda me voy a matar yo”,, Señor Rey que ejercicio tan dificil nos ha puesto Usted en su taller de escritura, le gana a los demás profes, me apuntaré a sus clases porque me he divertido de lo lindo...voy congiendo...